Privados de libertad y policías penitenciarios
reciben primera entrega de mascarillas reutilizables
• Población penitenciaria participa
activamente en acciones preventivas contra la pandemia
• Es un claro ejemplo de que desde todos
los sectores del país se pueden sumar esfuerzos a la atención de la emergencia
13
de julio del 2020. Alrededor de 800 privados de libertad ya han
recibido las mascarillas fabricadas por la propia población penal, en este caso
de los CAI Limón y Jorge Arturo Montero. Además, 30 oficiales de este último
centro, destacados en el módulo que se encuentra en aislamiento preventivo
desde el 1° de julio, tienen también sus respectivos cubrebocas.
Desde el viernes pasado, estos centros penales
comenzaron a distribuir los implementos de protección.
La dirección del CAI Jorge Arturo Montero hizo la
primera entrega de mascarillas a los más de 300 privados de libertad que están
en el módulo sometido a aislamiento preventivo, y en los próximos días
continuará con el resto, a medida que avanza la fabricación de las 10.000
proyectadas para toda la población penitenciaria.
Paralelamente, gracias a una donación por parte de
la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), el CAI Jorge
Arturo Montero adquirió los materiales necesarios para comenzar a fabricar los
700 cubrebocas con los que suplirán a los demás oficiales.
“Parte de las estrategias para prevenir el contagio
del Covid-19 ha sido involucrar a la población penal. Es importante resaltar la
aceptación que han tenido estas acciones entre los privados de libertad, que se
han mantenido tranquilos y atentos a las recomendaciones sanitarias que hemos
emitido”, explicó Wilman Pérez, el director del centro.
Por otro lado, las autoridades del CAI Limón han
entregado mascarillas a cerca de 460 privados de libertad y se proyecta cubrir
a toda la población del penal, poco más de 600 privados de libertad.
“La meta es llegar a 3.000 mascarillas para darles
tres cubrebocas a cada uno. Es importante indicar que este será un proceso de
fabricación constante, ya que también contemplamos el hecho de que estos
implementos se llegan a desgastar con el uso y el tiempo”, destacó la directora
Giovanna Cleland.
La iniciativa surgió por parte de los comités de
privados de libertad y la dirección de esos centros penales. El Ministerio de Justicia y Paz mostró su apoyo
desde el comienzo. “Este es un ejemplo de empoderamiento de la población penitenciaria,
que se reconoce a sí misma responsable de su propia salud y de la salud del
ambiente de convivio que comparte”, señaló la Ministra de Justicia y Paz, Fiorella
Salazar. El ministerio facilita las condiciones para que la iniciativa se
extienda a otros centros penitenciarios.
El CAI Vilma Curling también está próximo a sumarse
a la confección de mascarillas para el personal penitenciario. En este caso,
las mascarillas serían destinadas a funcionarios de la institución.
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